La imposibilidad para acceder a los alimentos ha empujado a la calle, estos últimos meses, a miles de personas en los países del Sur. Manifestaciones, huelgas y protestas se han repetido de punta a punta del planeta. En Bangladesh el precio del arroz se duplicó en el último año, en Haití el coste de los alimentos aumentó más de un 40% y el mismo porcentaje subió en Egipto. Igual dinámica se ha vivido en Costa de Marfil, Bolivia, Indonesia, México, Filipinas, Pakistán, Mozambique, Perú, Yemen, Etiopía... La lista podría continuar.
Estas “revueltas del hambre” nos recuerdan a las que tuvieron lugar entre los años 80 y 90 en los países del Sur contra las políticas de ajuste estructural impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. En este período se contabilizaron más de cincuenta alzamientos que dejaron miles de muertos en África, Asia y América Latina. La causa, una vez más, el aumento de los precios de los alimentos básicos, del transporte, de la vivienda... que agravó las condiciones de vida de la mayoría de las poblaciones de estos países y dificultó aún más su lucha por la supervivencia cotidiana. La historia se repite y las políticas neoliberales siguen dejando a su paso a millones de hambrientos.
Estas “revueltas del hambre” nos recuerdan a las que tuvieron lugar entre los años 80 y 90 en los países del Sur contra las políticas de ajuste estructural impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. En este período se contabilizaron más de cincuenta alzamientos que dejaron miles de muertos en África, Asia y América Latina. La causa, una vez más, el aumento de los precios de los alimentos básicos, del transporte, de la vivienda... que agravó las condiciones de vida de la mayoría de las poblaciones de estos países y dificultó aún más su lucha por la supervivencia cotidiana. La historia se repite y las políticas neoliberales siguen dejando a su paso a millones de hambrientos.
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