En la Cumbre de Johannesburgo 2002, Sudáfrica, del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002, - Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible – se reunieron miles de participantes, entre los que se incluyen jefes de Estado y de Gobierno, los delegados nacionales y los dirigentes de las organizaciones no gubernamentales (ONG), empresas y otros grupos principales con el objetivo de centrar la atención del mundo y la acción directa en la resolución de complicados retos, tales como la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y la conservación de nuestros recursos naturales en un mundo en el que la población crece cada vez más, aumentando así la demanda de alimentos, agua, vivienda, saneamiento, energía, servicios sanitarios y seguridad económica.
En la Declaración Política, los representantes de los pueblos del mundo reafirmaron su compromiso a favor del desarrollo sostenible, asumiendo la responsabilidad de fortalecer, en todos los planos, sus tres pilares interdependientes. Se reconoció que el Desarrollo Sostenible exige un enfoque a largo plazo, y se adquirió el compromiso de "verificar regularmente los avances hacia nuestros objetivos y metas de desarrollo sostenible".
El Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre, complementaría los avances conseguidos desde la Conferencia de Río, y aceleraría el cumplimiento de importantes metas acordadas internacionalmente. Una cuestión destacable fue la necesidad de promover y seguir desarrollando metodologías normativas, estratégicas y de proyectos para la adopción de decisiones sobre el desarrollo sostenible en los planos local y nacional. Desde un punto de vista institucional, se instó a que los Estados comenzaran a aplicar Estrategias Nacionales de Desarrollo Sostenible para el año 2005; y también a que los Estados mejoraran el papel y la capacidad de las autoridades locales tanto en la ejecución del Programa 21 como en el fortalecimiento de los programas de aplicación local de ese Programa.
En la Declaración Política, los representantes de los pueblos del mundo reafirmaron su compromiso a favor del desarrollo sostenible, asumiendo la responsabilidad de fortalecer, en todos los planos, sus tres pilares interdependientes. Se reconoció que el Desarrollo Sostenible exige un enfoque a largo plazo, y se adquirió el compromiso de "verificar regularmente los avances hacia nuestros objetivos y metas de desarrollo sostenible".
El Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre, complementaría los avances conseguidos desde la Conferencia de Río, y aceleraría el cumplimiento de importantes metas acordadas internacionalmente. Una cuestión destacable fue la necesidad de promover y seguir desarrollando metodologías normativas, estratégicas y de proyectos para la adopción de decisiones sobre el desarrollo sostenible en los planos local y nacional. Desde un punto de vista institucional, se instó a que los Estados comenzaran a aplicar Estrategias Nacionales de Desarrollo Sostenible para el año 2005; y también a que los Estados mejoraran el papel y la capacidad de las autoridades locales tanto en la ejecución del Programa 21 como en el fortalecimiento de los programas de aplicación local de ese Programa.
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